No distingue lo verde ni naranja,
No distingue entre esperanza ni la mano endurecida.
El indígena, el campesino, el caminante
hace su camino pisando las huellas del Sol
Su revés, infelizmente
le tuerce la tranquilidad
aporreando su libertad,
caminando a la cuadra
en la esquina
un vecino convertido en extraño,
a la vuelta del comercio
un hermano en calma y sin alma
a la izquierda
pollos, gallinas y palomas de verde
derrochando su cosecha,
a la derecha
hombres disfrazados de blanco
destilando savia humana en la esquina de la cuadra.
Sus ojos no se cierran
los tiene tan abiertos
que no es de su utilidad un microscopio
para contarle los cuentos a los cuenteros de la casa grande.
Camina el indígena
camina el campesino
camina el caminante
hace su camino pisando las huellas de la Luna
Su revés, infelizmente
se repite
sea de día o de noche.
M.Bolom 29.01.10 | 13Akabal