-Yaxkal-
Vos sos bien q'eqchi'.
Lo dicen tus ojos históricamente achinados
que pretenden dar cuenta del transitar del ser humano por la tierra;
se nota en tus dientes que saben moler el maíz
hasta sangrarle todo el jugo de su esencia eterna.
Tu aliento es de maíz como lo son también tus pensamientos.
Sos bien q'eqchi' y lo sabe tu lengua
pues no deja de nombrar el mundo con ese acento particular
con sabor a pueblo resistente,
pueblo que habla q'eqchi' desde que nace hasta que se hace joven
o se enreda con la torpe lengua castellana del salón de clases.
Sos tan q'eqchi' como los altos montes que se erigen sin miedo aunque un poco desnudos,
montes orgullosos sin perder el verde de los frondosos árboles
que dan sombra al misterio que encierra la selva,
que ocultan las huellas de los últimos jaguares que huyen de nosotros.
Q'eqchi' como el viento frío en medio del día cálido.
Vos sos q'eqchi',
vos sos maya.
Tan maya como mi padre
con la genética del cabello de rosal,
puntas que ven directo al cielo y reciben agradecidos los rayos de sol.
Los hombres maya quienes guardan con recelo el deseo de tener bigote
y comparten la forma de sus manos,
anchas y largas para acariciar el campo y la vida.
Sos un buen q'eqchi',
tu cuerpo y tu sonrisa lo saben,
lo siente la tierra que sabe que la cuidás,
lo sabe la sangre de tu abuela porque la nombrás.
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