vengo aquí a
tocar la puerta de tu casa
vengo
aquí, con el tun, a rebotar el viento en sus paredes
vengo aquí a
poner mis rodillas frente a la boca de tu silencio
no para
llorarte, no para asustarnos
no para
mendigar por las lágrimas de los infantes
/ las angustias de las madres
es para
recordarte
que bajo la
tierra donde habitas
hay miles de
corazones que palpitan y retoñan
cuando el sonido
del viento rebota en las piedras filosas de tu puerta