del llanto que tortura
del llanto a la muerte
de la memoria entristecida
por la sangre derramada entre las piedras
mezcladas entre la tierra negra de la cumbre
entre los maizales
sobre el asfalto
por los retazos de piel desgarradas en troncos puntiagudos
por las almas olvidadas que rodaron en las pendientes
por las almas apresadas por la neblina
por las balas que bajaron del cielo por obra divina siempre
por aquellas balas puntiagudas, cobrizas, de color naranja
que atravesaron corazones
que perforaron cráneos
que traspasaron fémures
por los ocho nietos de Atanasio Tzul
por los ocho bisnietos de Lukas Akiral
por las palabras asesinadas
por las voces ahorcadas
este pueblo entristecido llora
porque detrás de su tristeza
recoge las alegrías que deja la sal que roda por su rostro
porque nada es mas sagrada que la sangre que se derrama
que escurre entre la tierra
que se introduce fecundando el suelo
de la cual salen cantos
nacen palabras
deja brotar hijas
fortalece la resistencia
y encamina la liberación de nuestros pueblos.
...a Totonicapán